lunes, 6 de febrero de 2012

Llaman a la puerta.

Relato de M.R. Bueno
   

Gregorio cruzó la plaza mayor con paso ligero y las manos metidas en el gabán. Una mañana de enero, fría y luminosa. El cielo era azul intenso, y las losas del pavimento, entre bancos de espaldar de hierro, guardaban aún el brillo del rocío. Eran ya más de las 10, y el reloj de la torre golpeaba la lenta marcha del tiempo.

Gregorio disfrutaba de unos días de vacaciones. Pasadas ya las Navidades, el attrezzo municipal conservaba aún las guirnaldas verde y roja, las lucecillas de los árboles y las destellantes “felices fiestas” colgada entre balcones.

Por una calle céntrica se llegaba hasta la casa de José Andújar, viejo profesor de historia jubilado, administraba las propiedades, rústicas y urbanas, de su familia, y las de su esposa.

Ana irrumpió en la salita, donde su marido, José, ante una mesa llena de papeles, facturas, y libros de apuntes contables trataba de rellenar unos cuestionarios fiscales.

-          José, ya está aquí el chico de Jaime, que dijo vendría hoy-
-          Sí, dile que pase, dejaremos esto para luego- dijo José, mientras apartaba un poco los papeles, dejaba sus gafas sobre la mesa y se levantaba para recibir al joven.
-          Pasa, hijo – invitó Ana al muchacho.

Gregorio tenía poco más de veinte años, estudiante de Derecho en la capital, tenía un aspecto loable, afeitado y correctamente peinado. Su reputación era excelente entre sus paisanos: chico responsable, estudioso y de buena vida.

-          Hola, pasa – dijo José, mientras alargaba su mano derecha para estrechar la de Gregorio-
-          ¿Cómo está usted? – respondió Gregorio mientras las manos de ambos se fundían en un cordial saludo de bienvenida.
-          Estoy bien, gracias, ¿y tu padre? –
-          Está bien también –
-          Siéntate, y dime en que puedo ayudarte-  dijo José mientras señalaba un sillón y él mismo tomaba asiento en otro sillón contiguo.
-          Verá, he encontrado en casa algunos documentos: cartas, concretamente. Fueron escritas por su hermano, Félix, antes de morir y también algunos cuadernos de cartas de mi tía Aurora, que creo que jamás llegaron a ponerse en Correos.-
-          Es un asunto desagradable, el recuerdo de mi hermano y las circunstancias de su muerte... También tu tía Aurora sufrió lo suyo. Eran jóvenes y como todas las parejas de novio proyectaban una vida juntos, tener hijos... y todo lo que es normal en ese tipo de relaciones.- explicó despacio José
-          Sí, creo que se querían mucho y ambos sufrieron durante aquellas jornadas trágicas, pero mi tía aún llevó su pena durante cuarenta años más, toda una vida... respondió Gregorio.

Volver la mirada a un pasado turbulento es una cuestión difícil. Ni siquiera el tiempo ya transcurrido logra que la herida no sangre al recordar los días de aquel verano de 1.936.
El pueblo andaba ya entre siegas y trillas, carros por las calles con sacos y pajas amontonadas, que dejaban un requero de hilos dorados por las aceras. Las uvas verdes, redondas, pendían de las retorcidas ramas de las cepas. Un año de laboreo agrícola, de faenas de campo, y en el pueblo, trasiego de viejos vinos y movimientos de bocoyes en bodegas. Los bares con sus cafés y aguardientes mañaneros, soleras y amontillados en el largo periodo de los aperitivos.

En uno de los casinos, se mantenían reuniones de terratenientes y bodegueros, empleados de la banca cercana, en la misma plaza mayor, que tantas veces había cambiado de nombre. Varios periódicos sobre las mesas y algunas tertulias, animadas entre el comentar de los avatares políticos y sociales, y los catavinos rellenados de líquido refulgente y oloroso.

Aquella mañana del 18 de julio todos estaban nerviosos. Sobre las diez de la mañana empezaron a correr rumores sobre algo sucedido en Ceuta. Alrededor de una mesa de uno de los casinos, una botella casi vacía y cinco catavinos casi llenos.

-          No se sabe nada cierto, todos son habladurías, unas se contradicen con otras – decía Aurelio con los ojos desencajados.
-          ¿Sabes que te digo? – añadía Anselmo - ¡Qué ya es hora de que el Ejército intervenga y ponga orden y disciplina!
-          Eso queremos todos: orden, pero no habrá quién evite el enfrentamiento – remataba Carlos
-          Pero no hay unidad en el mismo Ejercito, dicen que hay un sector que apoya a los republicanos... –
-          Tened en cuenta que el orden legalmente establecido hoy por hoy es la República –
-          No te digo yo que no, pero hace falta un Gobierno enraizado en los valores de nuestra cultura y tradición –

Querida Aurora: Te mando esta nota con un empleado. No podré ir a verte esta tarde. Los asuntos se vuelven muy oscuros. Hay mucho movimiento de obreros por las calles porque ya es casi seguro que hay una alzamiento de tropas en África y llegarán hasta aquí sus efectivos. Te quiero mi amor, quédate en casa, yo iré cuando vea el ambiente tranquilo. Félix

-          Sí, es la letra de mi hermano. Recomendaba a tu tía Aurora que no saliera a la calle. Aquellos días había una gran turbación y había que pasar desapercibido ante el rencor y las ganas de guerra.
-          Debieron ser tiempos tremendamente tristes.
-          Tristes y peligrosos. Es el enfrentamiento alimentado por hechos de revanchas y odio. Había circunstancias internas, pero también factores agravantes de todo lo que venía de afuera, de una Europa conflictiva. No son buenos los enfrentamientos, y todos deberíamos tratar de evitarlos.

Gregorio sabía, por lo que había leído, que aquella República española de 1931 tenía ante sí serios problemas. Había desigualdades en la propiedad de la tierra, inmersa en un arcaísmo agrario y una baja demanda interior juntamente con una oferta exterior limitada a aceites, vinos, minerales y poco más. La cúpula bancaria tenía un gran potencial, empresas oligopolistas, burguesía agraria con unos comportamientos ideológicos respaldados por la Iglesia, que disponía de centros docentes donde se tejía un orden moral que pretendía la hegemonía ideológica.

España era todavía un país donde había un 33 por ciento de analfabetismo. En las capas bajas no faltaban el paro y la emigración, mientras tambien en Europa al clima de crisis económica se sumaba la subida de Hitler al poder.

En el casino y en las tertulias del bar “La Sevillana” se habló mucho del Decreto de Largo Caballero, que establecía jurados mixtos, jornada máxima de ocho horas, laboreo forzoso en tierras no cultivadas y prioridad de empleo de los trabajadores del término municipal.

-          Se avecina una gran reforma agraria en contra de nuestros intereses. ¡Llegarán a esa reforma, ya lo veréis!  – manifestaban los terratenientes del pueblo.
-     No solo es eso, sino un ataque a nuestra civilización -

            El 28 de junio de 1931 los parroquianos acudieron a las urnas. Aurora no votó, las mujeres votaron por primera vez en 1933, pero a ella no le interesaban mucho las cuestiones políticas, mientras Félix se acercaba cada vez más a la ideología fascista.

            Aurora, como otras jóvenes del pueblo, disfrutaba con las comedias que representaban las compañías de teatro ambulantes en el cine El Recreo, y siempre corrían las voces de un inminente estreno en fechas próximas. Félix, solícito, siempre estaba atento para adquirir las entradas, ya que el local de las representaciones caía próximo a su lugar de trabajo.

La nueva Constitución votada en Cortes el 9 de diciembre no fue aceptada por la derecha. El 12 de diciembre, Manuel Azaña formó gobierno con republicanos de izquierda y socialistas.

La lucha frontal desembocó, el 10 de agosto de 1932, en una sublevación militar cuyo cabecilla fue el General Sanjurjo. Siguieron por el otro bando numerosas huelgas, a veces violentas, por los sectores anarquistas y comunistas. Llegaron noticias cuantiosas de estas manifestaciones y huelgas en Sevilla, desilusionada por el escaso progreso que trajo consigo la Exposición Iberoamericana de 1929, sobre la que mucho prometieron y se vendió mucho humo...
 
            Los terratenientes estaban descontentos, y Aurora presentía ya ciertos temores, cuando su ilusión y su pensamiento eran elaborar, poco a poco, los enseres de su ajuar. En su casa, oía a su padre quejarse de no poder mantener beneficios de la agricultura, merced a la política de salarios. La idea de la reforma agraria hacía temblar a los propietarios de la tierra, y esta amenaza se sentía, cada vez, más próxima.
                                                                                                                            
          Todo se complicaba: 1933 fue aún peor, por las huelgas de anarquistas, que llegó a la sublevación armada de Casas Viejas, que tanta tinta hizo correr en la prensa. La Guardia de Asalto aplastó cruelmente a los anarquistas gaditanos y ello levantó una gran protesta tanto por el lado de la extrema izquierda como por la derecha.

                                                                                                                            

José recordaba aquellas revueltas campesinas en el mismo pueblo. La rama sindical del campo de la U.G.T. denominada Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra tenía ya numerosos afiliados.

-          Estas revueltas ocasionaron la caída del alcalde, por la oposición de estos sindicalistas, aunque luego se hará otra vez con su mandato- explicaba al joven estudiante – Había, por aquel tiempo, una gran crisis económica y aumentaba el paro, por lo que se hicieron en el pueblo algunas obras públicas para dar trabajo a los desempleados, entre ellas el Mercado - 

  La subida al poder de Hitler puso leña en el asador político y también en el pueblo hubo defensores de los grupos de las JONS, creándose la Falange Española. Félix se acercaba por sus ideas y simpatías a este nuevo partido político.

            Llegaba así un nuevo año: 1934: El éxito electoral de la derecha. En el campo, los propietarios se sentían más seguros y fueron despedidos los afiliados a los sindicatos de UGT y la CNT. La Falange actuaba cada vez con más violencia, y hasta Félix se proclamó alguna vez como partidario de la desaparición de las urnas y el sufragio. La respuesta de la UGT fue convocar una huelga general de campesinos en el mes de junio, parando la recolección agraria. Por el Ministerio de Gobernación se actuó con gran dureza, se clausuraron locales sindicales, se encarcelaron los líderes obreros y hubo unas 7.000 detenciones en todo el territorio.

            El 5 de octubre se produjo una gran huelga, se hablaba de que en Asturias los mineros habían asaltado cuartelillos de la Guardia Civil.

-          El Gobierno ha llamado al General Franco para que tome el mando en la lucha contra la revolución-
-          ¿Quién es ese general? –
-          Creo que es un mando de Baleares, pero que está ahora en Madrid –
-          Han llegado dos banderas de la Legión de África a tierras asturianas –
-          Tambien Los Regulares han desembarcado en Oviedo, a bordo del crucero “Libertad”-
-          Hay tropas que desde Galicia se dirigen a Asturias, al mando de López Ochoa –
-          También ha llegado La Legión a Barcelona y han detenido a Azaña –

José Andújar recordaba, en la conversación mantenida con Gregorio:
                                                                                                                                                                                                                                                                                 
-          No hubo elecciones municipales en el pueblo durante la República. Era el Gobernador Civil quién hacía los cambios en la Corporación. Con la llegada de Lerroux al poder, nombraron Alcalde a mi amigo Juan, poco antes de la revolución de Asturias. Aquí se abrió una suscripción pública a favor de la fuerza que efectuó la represión de esta revolución. Con estos sucesos hubo cambios, alcanzando Reyes la Alcaldía  a finales del 34. Se cambiaron hasta los nombres de las calles, se quitaron rótulos como “Fernando de los Ríos”, “Largo Caballero”, Indalecio Prieto”...-
                                                                                                                   

El nuevo gobierno de Lerroux y la represión de los sucesos de Asturias y Barcelona, marcaron un periodo contrario al anterior. Manuel Azaña fue confinado en un barco de vapor en el puerto de Barcelona, y a finales de aquel 1934 fue puesto en libertad. Pero, en el pueblo, se produjeron reacciones de simpatía con los encarcelados, y hasta el Ayuntamiento exigió el indulto de algún condenado a muerte por estos incidentes.

-          En 1935 se decretó el título de Ciudad para nuestro pueblo, siendo Ministro de Gobernación Manuel Portela. Siempre estuvimos orgullosos de tal distinción y de nuestros paisanos los hermanos de la Cueva, que representaban obras en los teatros de Madrid.-

Con estas nuevas directrices políticas se derogó la Reforma Agraria y se redactó la “contrarreforma del campo”, eliminándose los decretos de la época de Largo Caballero, lo que provocó algunas revueltas entre el campesinado. Se habían expulsados a los yunteros de las tierras y el paro se fue agravando en el sector agrario.

  En los establecimientos del centro del pueblo se notaba el cambio, fiestas en el casino y procesiones religiosas.

  Feliz estaba la joven Aurora, que vestía las  mejores galas de su vestuario, no muy lujoso, pero hecho con primor y con todas las ganas de lucir su juventud en aquellos paseos por la plaza y en los bailes del casino, a donde acudía con su novio, un joven que prometía en las filas de su partido político. En la mayoría de las muchachas del pueblo no había conciencia de los efectos de las represiones revolucionarias y de los vaivenes políticos, que tanto odio y enfrentamiento estaban logrando entre sectores que cada vez se radicalizan más y más.

La primavera hacía sus propios estragos naturales, todo era hermoso para la juventud. Reyes, el Alcalde, había convocado un concurso de belleza. Y el día de la Ascensión se celebró la elección de la Miss de la localidad, ante un gran público. Se presentaron 12 preelegidas y el Alcalde pronunció un discurso:

- “La República apoya a las fiestas porque son necesarias para el esparcimiento y alegría del pueblo... “ dijo entre otras cosas.

Se eligió a la Miss de la localidad, que recayó en la conocida Teresa Lagares, una morena, de ojos y cabellos negros, pero también se eligieron las Misses de las Cruces de Mayo, que eran dos concretamente: Isabel Ligero y Felisa Conde, las demás fueron las damas de honor y todas salieron al balcón para saludar al pueblo que esperaba frente al edificio de las Casas Consistoriales.

Aurora, con su hermana proclamada Dama de Honor, asistió feliz al salón del ayuntamiento y al luch que se sirvió después. Más tarde, acompañada de Félix, también acudió al baile que hasta altas horas de la noche se ofreció en el casino, con la actuación de una animada orquesta. Todo sonreía a su alrededor aquella primavera de1935.

-       Mi hermano Félix fue siempre un trabajador, de manos encalladas y recias- seguía relatando José Andújar al joven Gregorio.

  El escándalo del llamado “Straperlo” contribuyó a aumentar una nueva crisis nacional que provocó la dimisión del Gobierno. La izquierda formó, al fin, su anhelado proyecto: el Frente Popular, una coalición electoral.  El 16 de febrero de 1936 hubo elecciones generales y en el Parlamento hubo una mayoría de izquierdas. Falange Española presentó candidatura independiente. Hubo presiones para declarar el estado de guerra y para no reconocer el resultado electoral, entre las que resaltó las presiones del General Franco. Ante aquella difícil situación Alcalá Zamora llamó de nuevo a Azaña, que formó un gobierno con republicanos de izquierdas.

     La radio de los casinos y bares del pueblo se sintonizaron para oir el mensaje de Azaña:

-      “El Gobierno espera que toda la nación corresponda a nuestros propósitos de pacificación, de restablecimiento de justicia y de paz...” -

     Sin embargo, entre los terratenientes se alzaba la voz del levantamiento militar, mientras Calvo Sotelo trataba de coordinar las fuerzas contrarrevolucionarias.

-          Han destinado a Franco a Canarias. El Ejército tiene que hacer algo y pronto -
-          Eso es cierto, hay que restablecer nuestro prestigio internacional y el orden interno. 
-          Dicen que los comunistas han ocupado 3.000 fincas en Badajoz –
-          La revolución agraria está ocasionando el desorden y la anarquía. España no puede seguir así

Los sectores juveniles de Falange Española habían iniciado los primeros brotes de violencia. En Madrid un grupo de falangistas dispararon contra el Catedrático Jiménez de Asúa, muriendo un policía de su escolta. 
-       Han clausurado locales de Falange y han detenido a José Antonio – se decía en el pueblo, donde Félix se reunía con otros compañeros. Estan incendiando locales de la CEDA y han intentado quemar iglesias.
-     Han asaltado la Casa del Pueblo en Carrión y han ahorcado a su Presidente –
-     corría la voz en el casino popular.
-     ¿Quién? –
-       Los falangistas - 

En el desfile militar de abril en Madrid, hubo petardos y murió un alférez de la Guardia Civil que provocó una batalla campal entre falangistas y guardias de asalto con tres muertos y numerosos heridos. Sucedieron asesinatos de un magistrado y un capitán socialista. Alcalá Zamora fue destituido en el Parlamento.

Mussolini invadía Etiopía. La radio seguía transmitiendo los discursos políticos de Azaña. :
                                                                                                                        
-       “Estamos delante de este fenómeno histórico grandioso del acceso al poder de clases sociales españolas que hasta ahora estuvieron desprovistas de él...”

Pocos días después Azaña es proclamado Presidente de la República Española. El  proyecto de Prieto, Presidente del Gobierno, fue rechazado por Largo Caballero, mientras el general Mola preparaba la sublevación, desde Pamplona. A Prieto le sucedió Casares Quiroga, con la oposición de Calvo Sotelo y Gil Robles. En la calle la CNT y la UGT multiplicaban las huelgas y los incidentes. Los propietarios extremeños manifestaban que preferían que el grano se quemase antes de pagar los salarios que les pedían. José Antonio Primo de Rivera seguía preso en Alicante.

Cabezas, presidente de la Agrupación Socialista Local es nombrado Delegado de la Autoridad en el pueblo por el Gobierno de Azaña. El Ayuntamiento constaba de representantes socialistas, comunistas, republicanos y un independiente de la UGT del campo. Se nombró Alcalde a Pinto, que formó gobierno sin la oposición de la derecha. El nomenclátor del callejero volvió a cambiar.

El 11 de marzo la minoría comunista propuso la desentronización y venta de la escultura de mármol situada a un lateral de la iglesia, la imagen blanca del Corazón de Jesús.

La madre de Aurora pedía a su hija que rezara con ella:

-       Hija, quieren quitar al Corazón de Jesús, esa imagen tan bonita que ha hecho Antonio, el escultor. Reza conmigo, hija, para que Dios nos proteja de tanta barbarie.

-       Madre, tengo miedo por papá y por Félix. Andan todos enfrentados. ¡Dios mío!-

-       Ha dicho tu padre que en el pueblo de al lado los comunistas han asaltado el cuartel de la Guardia Civil y que de aquí han salido guardias para ayudar a los vecinos. Dicen que habían muerto dos jóvenes comunistas en un enfrentamiento con los guardias y ahora el pueblo está exaltado y con ganas de guerra.

Querido Felix: Te mando esta nota con mi padre, pues ya hace días que no te veo y mi madre no quiere que salga a la calle. Tengo miedo por ti y las cosas que estan pasando. Ven, cuando pueda, necesito verte y saber que no te ocurrirá nada. Cuéntale a mi padre como estás y como te va en el trabajo. Te quiero, ven pronto. Aurora.”

Calvo Sotelo es asesinado. El 11 de julio un aviador inglés sale para Canarias a bordo del Dragón Rapid para recoger a Franco, a quién la muerte de Calvo Sotelo le hace decidir apoyar el alzamiento militar. El 17 de julio la Legión se apodera de Melilla.

Los Guardias Civiles se dirigen a Sevilla en autobuses. Cae la tarde, calurosa y alterada. En la calle San Antonio, la Casa del Pueblo se encuentra llena de obreros. Todos estaban desconcertados, ocupando sitios estratégicos y con deseos de saber que estaba pasando en realidad. A las 9 de la noche, muchos estan pendientes de la radio de Madrid: dirigentes socialistas y comunistas incitan a empuñar las armas contra un pronunciamiento militar que se da por hecho.

-       He visto a más de veinte hombres con escopetas entrar en el Ayuntamiento –

Aurora escucha tras la ventana pasar a hombres y mujeres gritando contra los fascistas. Durante toda la noche hay gentes que van y que vienen, coches que pasan aceleradamente. El Ayuntamiento estaba abierto a pesar de ser más de las 12 de la noche.

Pasada la una de la madrugada, un grupo de obreros irrumpen en el bar “La Sevillana” y prenden fuego al local. Nadie duerme y corre la noticia con rapidez:

-       Han forzado la puerta de la ermita y están destruyendo los altares y las imágenes. –
-       Hay una hoguera en medio de la calle, estan quemando las imágenes –

De la ermita, un grupo se dirige al casino, otros a la iglesia parroquial, al convento del Rebaño de María, a garajes particulares, donde prenden coches.


Querido Felix: Estamos todos muy asustados. No quieren ni que salga a la puerta, pero desde la ventana del soberado veo humo por varios sitios. Dicen que están quemando el convento y la iglesia también. No sé nada de ti, pero no salgas de casa, escóndete mi amor. No quiero que te pase nada. Que ni te vean, espera que todo esto pase y que haya fuerzas que pongan orden en esta noche tan horrible. Oigo gente gritando como locas por la calle y tengo mucho miedo. Si pudiera tenerte aquí y saber que no te ocurrirá nada. Te quiero, Aurora”.

A la mañana siguiente llegan doce camiones llenos de mineros de Río Tinto, a los que se les unen varios camiones con hombres del pueblo, que se dirigen a Sevilla, pero horas más tarde, vuelven horrorizados de las bajas que habían causados las tropas fascistas.

Desde la capital de la provincia se ordena la detención y encarcelamiento de los elementos de la derecha. Hombres armados con escopetas se disponen a ejecutar dicha orden.

Querida Aurora: No tengas miedo, te mando esta nota con un empleado fiel a mi familia. Tu padre ha estado aquí en mi casa. Pronto iré a verte, ganaremos esta revuelta que está destruyendo casas e iglesias. Te dejo, están llamando a la puerta. Te quiere, Félix”

Los escopeteros irrumpen en casa de Félix. Ya son unos treinta hombres los detenidos y entre ellos encarcelan al joven Félix, en medio de burlas e insultos. Al día siguiente, otros treinta son detenidos y algunos de ellos son obreros sin militancia y  fieles a sus patrones. Aurora no supo la noticia del apresamiento de Félix, todos a su alrededor guardan silencio, mientras la joven apoyada en la ventana veía pasar gente alborotada y desafiante. Los Guardias Civiles son llevados a la capital de la provincia, entre el abucheo de los insurgentes, mientras son saqueadas tiendas de comestibles, bares, panaderías y zapaterías.   
  
A las 10 de la mañana llega a la estación de ferrocarril, un tren con municiones y hombres armados de fusiles, y se fabrican bombas en el mismo pueblo, donde mujeres y niños aportaban hierros y elementos de los edificios calcinados.

El día 21 grupos de hombres armados incautan las radios de las casas, bares y lugares públicos. Había una lista en las oficinas de Telégrafos con 160 receptores. Nadie debía difundir noticias sobre el alzamiento militar ni las charlas del General Queipo de Llano. Sin embargo, se confía en que las tropas fascistas serán derrotadas y hasta se espera que dicho General pase, en su huía, por el pueblo, por lo que deben de estar atentos.

El día 22 corren rumores de que las tropas nacionales han tomado algunos pueblos cercanos como Carrión e Hinojos. Al día siguiente, una avioneta da varias vueltas sobre el cielo del pueblo. Aurora desde el patio escucha el ruido de sus motores, mientras pide a Dios el fin de la revuelta. Por los alrededores de la iglesia, Aurora oye disparos de escopetas y piensa que aquello no es otra cosa que una guerra desatada entre los mismos paisanos y los mismos hijos de una misma patria. Pero no puede tener idea de lo que ocurre en sus justas medidas, ni puede comprender que esta guerra la meta para siempre en la soledad y la desgracia.

El día 24 el Comité Local ordena la implantación del comunismo y colocan la bandera en el Ayuntamiento, distribuyendo vales para comidas. De nuevo ruge el motor de la avioneta que lanza diez bombas, sin causar víctimas. Aurora en su silencio, va de la ventana al patio y se oculta en la casa, al oir como caen bombas cercanas y se disparan tiros de escopetas.

-       Félix ¿dónde estás? ¿Dónde estás, Dios mío? –

Gregorio, el joven estudiante, sobrino de Aurora, escuchaba el relato de aquellos días tristes de boca de don José Andújar, el viejo profesor.

-       El día 26, como te digo, los comunistas tocaban las campanas de la iglesia para avisar de la proximidad de una avioneta de Tablada, del ejército sublevado, que arrojó varias bombas sobre el pueblo. Corría la noticia de la proximidad de las tropas del Comandante Castejón, y los mineros y los anarquistas vieron el final de la revolución que habían empezado a saborear. La reacción fue fatídica, se dirigieron a la cárcel, donde estaba mi hermano, y tiraron varias bombas. Después desde las azoteas de las casas contiguas dispararon al patio donde estaban los presos. Les decían, desde las azoteas, que los trabajadores no tenían que temer, que salieran con las manos en alto y mostraran los callos del esfuerzo laboral. Mi hermano, según me contaron, salió con los brazos en alto, mostrando los callos de sus manos y fue abatido por una descarga de escopetería.

-       ¿Cuándo supo mi tía que habían apresado a su hermano Félix?

-       No lo supo hasta aquella misma tarde de su muerte. Muchas familias huyeron al campo al enterarse que estaban matando y asaltando casas y que podían entrar las tropas sublevadas y originarse una batalla en plena calle. Los padres de Aurora quisieron marcharse también cuando recibieron una visita.

-       Llaman a la puerta – dijo Aurora

-       ¡Escóndete, hija, no sabemos quién puede ser, ocultaos!

-       Aurora se ocultó en su habitación pero escuchaba, tras la puerta semiabierta, cuando vinieron a avisar que Félix había sido alcanzado por los disparos en la cárcel y había muerto –

-       ¿Cómo reaccionó Aurora?

-       Se desmayó al salir de su habitación tras oir que mi hermano había muerto. No quiso abandonar su casa, ni marchar al campo. No le importaba morir ella también, y durante muchos meses lloró desconsoladamente la muerte del que pudo haber sido su esposo y padre de los hijos que ella tanto deseó y que nunca tuvo –

-       ¿Qué edad tenía cuando lo asesinaron?

-       29 años.

-       ¿Se sabe quién mató a Félix?  Nunca le oí a mi tía hablar de la guerra, ni del odio que podía sentir hacia los criminales de su novio.

-       Algunos dieron nombres de aquellos implicados directamente en la reclusión y muerte de Félix, pero esos estan también ya muertos, y sus hijos merecen vivir en paz. Nada bueno se puede sacar de aquel período del que -¡ojalá!- nuestro pueblo no vuelva a verse envuelto. Nada salvo que nunca jamás vuelvan los enfrentamientos y las muertes.

-       Gracias, don José, por su relato. Yo tambien pido a Dios que jamás vuelva la guerra a nuestras casas. Buenos días y feliz año nuevo.

-       Feliz año, Gregorio, gracias a ti por tu visita.

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