martes, 29 de noviembre de 2011

Siento alegría de saber que Miguel Vega vuelve a los escenarios. Su figura empezó a interesarme gracias a mi hijo, que tiene una composición suya como llamada de su móvil. Así cada vez que alguién le llama oímos en casa la guitarra del "Niño Miguel". Hemos escuchado su disco y nos apenó mucho ver un vídeo de aficionado de ese Miguel, casi destruido, por las tabernas de Huelva, con una guitarra a la que le faltaba hasta una de sus cuerdas. Ayer, 29 de noviembre, en el Teatro Central de Sevilla, actuó, reapareció el genio de la musica de Huelva: Niño Miguel.
Dice la prensa que el aforo estaba lleno y que cosechó -¡como no!- un nuevo triunfo.

Dice un periódico: "... el hombre que veo en las tablas esta noche es otro: ni rastro de barba, ni de la delgadez, ni de la torpeza, ni de la extrañeza. Por contra, el tocaor parece sentirse cómodo hoy en Sevilla. Por eso el recital se parece más a un concierto al uso. Algo más. Lo mejor del Niño Miguel es su música, aunque en ocasiones tengo la impresión de que huye de ella".

¡Bravo, por los que caen y se levanta! "Porque estaba muerto y ha resucitado" dijo el padre del célebre  "hijo pródigo" del Evangelio cuando le vió llegar.
                                                                                           El sopor de una tarde de estío



   ¡Al fin  estoy en mi pueblo!. Largo se hizo el camino sobre los raíles del tren que, minuto a minuto, me lanzaba hacia mi tierra, donde volvería a encontrarme con los míos. Me alejaba de la gran capital de la Nación. Madrid es inmenso, demasiado grande para un pueblerino como yo. "Tu patria es el sitio desde donde sueñas", dijo el filósofo.

   ¡Hoy quiero recorrerte, Palma querida!. ¡Quiero rodearte como en un abrazo, circundar tus senderos, recorrer calles y plazas, pero también caminos, el extrarradio, las carreteras... cruzar las vías del ferrocarril!.

   ¡Hace calor!. ¡Esto es Agosto, un mes de fuego!. Me siento feliz, no dejo de pensar en el tren. Casi desespero: cruzar Despeñaperros, la noche, luces de Sevilla, y partirse el tren en dos mitades. "¡Viajeros a Huelva!". ¿Aún no llegamos?. ¡Que carrera desde Escacena hasta aquí!. ¡Corre, corre...!

   ¡Al fin en mi tierra!. En ningún momento me cupo la duda de mi destino. Volvía a mi tierra, nada más, sin nada más. Es una huida de Castilla, es un correr hacia mi pueblo. Lo demás no importa mucho.

   He cruzado las vías y estoy camino del Corumbel, carretera al Berrocal, recuerdos... ¡Hace mucha calor!. Veo, desde lejos, la perspectiva de la torre, las palmeras, las casas... y pienso que esto es lo que he deseado siempre. Veo a mi alrededor las eras, los trigales y el calor se hace cada vez más intenso. Recuerdo cuando niño ¡cuanto me gustaba montar en aquellos trillos de madera y de hierro, con el trotar rítmico de la mula castaña!. ¡Es mi pasado, mi esencia, mi historia...!

   Me he alejado del pueblo, tomo un camino en busca de algo que me recuerde el sitio exacto de la era de mis juegos de niño, pero hace mucho calor, un calor de agosto que me trae a la mente la imagen de San Lorenzo sobre una hoguera. Me hierve la cabeza, aún me pesan las horas de viaje, tengo una sed horrible y comienzan a molestarme los párpados. No veo a nadie y tampoco diviso pozo ni fuente alguna. Hay algunas casitas, lejanas y blancas alquerías, que parecen oasis. Sobre los trigales parece que sube una atmósfera densa, como si desprendieran humo y fuego.

   No puedo apenas mover la lengua. Jamás tuve tanta sed. Me dirigiré hacia aquella pequeña casita y buscaré algo de agua. Descansaré un poco y volveré al pueblo de nuevo.                                         

   Largo se me hace llegar hasta la pequeña alquería. Al fin descanso a la sombra. No hay ni rastro de agua, no hay nada verde y daría lo que fuera por un poco de frescura. Me siento sobre la tierra reseca que daña mi cuerpo. Saco el pañuelo para limpiarme el sudor. La cabeza me arde y parece que la lengua no es más que un trozo de esta tierra quebradiza y sin un grado de humedad. Me pesan mucho los párpados. Tal vez si descansara un rato. Todo me produce sueño, los trigales se balancean lentamente, movidos por un aire caliente de levante. Pienso en mi cama, pienso en un surtidor por donde brota un inmenso caudal de agua. Tengo mucho sueño.
                                                                                                       
 Veo que alguien se acerca. ¿Será el dueño de la casita? ¿Tendrá un poco de agua?. Pero no viene solo, son varios... ¡qué sueño!. ¿Serán labriegos? ¿Serán gitanos de paso?. Son dos hombres y un muchacho. Se han parado ante mí.

   -"¿Que hacéis, joven?. Parecéis cansado."-

   No los veo bien, pero me hablan. ¿Que me ocurre en la mirada?. Todo está turbio. ¿Se habrán cegados mis ojos con el sol de agosto?. ¡Me arde la cabeza!.

   -"¿Quiénes sois?. ¿Es esta vuestra casa?. ¿Tenéis agua?"- apenas logro preguntarles.

   Uno de ellos avanza hacia mí y me ofrece un jarro de agua.

   -"Gracias, ahora me siento mucho mejor"- lo observo- ¿Quién sois, señor?. ¿Porqué vestís tan largas ropas?- ¡Hace mucho calor!- pregunto al buen samaritano que me ha librado de la sed.

   -"Soy un Ministro del Señor. Ya mi cuerpo no siente el calor. Soy solo espíritu. ¿No ha oído hablar de mí? Soy Andrés del Barco y Espinosa. Este agua que os ofrezco es la misma que contenía la pila donde me bautizaron. Aquí precisamente, en esa Iglesia de La Palma, y concretamente un 8 de Noviembre de 1.726. Comprendo vuestra extrañeza, pero permitidme que os presente a Su Majestad Enrique III, El Doliente, Rey de Castilla, por la gracia de Dios."-

   - "¿Queréis decir que este joven es un Rey?"- pregunté.

   - "¡Cierto, Don Enrique de Trastamara, casado con Doña Catalina de Lancaster- explicó el sacerdote- No somos contemporáneos. Su Majestad es anterior a mí. Ya veo que os extrañais aún más...¿es que los espíritus tienen edad?"-

   - "Majestad - dije inclinando la cabeza- Y Vos, señor, ¿sois acaso Rey también? - pregunté al tercer personaje.                               

   -"¡ No, en verdad! Soy solo, aunque de ascendencia portuguesa, un humilde servidor de la Corona de Castilla y de León. me honro en ser Gran Maestre de la Orden de Santiago, y defensor de su Alteza Don Alfonso X, llamado por la historia, Alfonso X el Sabio."-

   - "No comprendo que hacéis en esta tierra, y en esta época."- dije perplejo.

   -"Soy, como vos, palmerino y amante de mi pueblo- confesó Don Andrés del Barco- Estamos en agosto, y cada año vengo a mezclarme con la muchedumbre que se agolpa en la Plaza de España para ver salir a la Virgen del Valle, mi amada Patrona. He traído a Su Majestad Don Enrique y a este noble Caballero, de nombre Don Pelayo Pérez Correa. A ambos les unen lazos con nuestro pueblo. Su Majestad fue quién concedió Carta de Privilegio a La Palma, el 20 de Diciembre de 1.398."-
                                                                                                
 -"Lo recuerdo, aunque, por mi juventud, un poco vagamente- pronunció el Monarca- Fue en Illescas, firmé una Carta concediendo Feria a la Villa de La Palma, por quince días, desde el primero de Septiembre al quince de dicho mes y cada año. No pude negarme por tratarse de tan noble población y porque así me lo pidió mi también noble y leal Doña Elvira de Ayala, mujer de Don Alvaro Pérez de Guzmán. Ya sé que sigue celebrándose dicha Feria" - dijo Enrique III.

   -"Efectivamente. Hace días que La Palma se prepara para la Feria de este año, como también prepara las fiestas en honor de la Virgen del Valle. ¿No las conocéis?"- pregunté

   -"Yo sí las conocí, como conozco las de hoy- continuó hablando ahora Don Andrés del Barco- Eran otros tiempos, tiempos de desgracias, de pestes. Conocí algunos azotes de cólera en 1.738, en 1.744... ¿Bueno, ya sabéis algo de la Historia!. La Virgen del Valle siempre estuvo presente en mis oraciones, y también San Roque, Copatrono de la Ciudad. Ahora las fiestas son distintas, pero noto que sigue el fervor en el pueblo, y las palmas de fuego son una maravilla. Sigue la devoción religiosa. Yo creo que la Virgen del Valle- continuó, mientras mis tres interlocutores tomaban asiento junto a mí- es hoy, y siempre, una Madre Espiritual que aglutina a todos los palmerinos formando una familia, y esto hace que estén más unidos, y que tengan más conciencia de pueblo, de palmerino... ¡Ah, la Historia une a los hombres!."-

   -"Creo, Señor Obispo- dijo Enrique III- que aunque ya no caminen tan unidos Iglesia y Estado, la devoción cristiana seguirá infundiendo en los gobernantes un atractivo amor por los hombres y continuará manteniendo una conciencia en esa labor de gobernar."-             

   -"Considero, Señor - intervine en la conversación- que aunque la espiritualidad hoy se ve amenazada, tenemos en nuestras raíces una carga tradicional de fe. Nos conmueve la salida de la Virgen del Valle, nos asombra la Imagen del Cristo en nuestra Semana Santa o la recogida apoteósica de la Cruz de Mayo. La Palma mantiene vivas manifestaciones de su religiosidad, y ciertamente, en la noche del 15 de Agosto está un pasado común vivido por nuestros antepasados y transmitidos hasta nuestra actual cultura."-

   El Gran Maestre, que había permanecido callado, mirando los trigales de la campiña, interrumpió para decir:

   -"A mí me unen a La Palma, la Cruz y la espada. Mi Orden reconquistaba tierras a los hijos del Islam, llevando la Cruz y la Religión más pura de Castilla. Fueron los hombres a mis órdenes quienes reconquistaron estas tierras, junto al Reino de Niebla. ¡Gesta aquella inolvidable!. Niebla se resistió de una forma especial, y fue una gran sorpresa comprobar como disponían de un arma mortífera: la artillería. Pudimos acabar con ellos en el año 1.262. Conozco estas tierras de lucha y victorias."-

   -"Eran, Don Pelayo, tiempos duros- le dije- También conservamos en nuestras raíces la cultura de los árabes. Ellos fueron los que convirtieron esta tierra en un vergel, llena de vides,  que cultivaban en jardines. Hoy nuestra Patria gira en torno a otros conceptos, buscando en cada antiguo Reino de la Reconquista su identidad histórica, sus manifestaciones genuinas, sus expresiones culturales. España ya no es un Estado guiado por los moldes de una unidad a base de un solo Gobierno y una sola Espada. Busca hoy... esa unión en el respeto a una diversidad, unas autonomías y nacionalidades, pero no crea que fue inútil aquel esfuerzo de la unidad de España, centrando en la Corona de Fernando e Isabel, todas las tierras de este gran Estado, pero llevamos algo de aquellos árabes que poblaron Andalucía."-

   - "Y, decidme- preguntó el joven Rey- la Feria concedida por mí, ¿cómo es ahora?."-

   -"Ya le decía que La Palma se convirtió, siguiendo unas raíces islámicas, en tierras de vides. Vino se exportó a América, como sabéis, en los viajes de Colón, y ya que estamos hablando del pasado y de las raíces, las del palmerino tienen forma de cepa. La Feria pasó a convertirse, en 1.961, en Feria y Fiesta de la Vendimia. Y por esas fechas, y durante el mes de Octubre, La Palma olía a uvas maduras, a zumos derramados en cada esquina, mosto de bodega. La Fiesta de la Vendimia es hoy una manifestación artística palmerina cien por cien, que deberíais ver."-
                                                 
   -"Este año os prometo venir- dijo Enrique III- y como el Obispo Don Andrés, seré uno más entre el gentío de la Feria. Ahora, perdonad, pero hemos de proseguir camino. Nos espera el futuro..."-

   -"No sois Vos, y Vos y Vos ... raíces del pasado?"- pregunté.

   -"Un pueblo- dijo Don Andrés del Barco- que descubre sus raíces, es un pueblo que sabe su futuro. Decidlo a vuestros contemporáneos. Estaremos aquí este año, en cada fiesta, en agosto, septiembre o primavera. Estaremos aquí todos, puede que alguien nos reconozca, para otros seremos inadvertidos, pero estaremos aquí: Reinado, Cruz y Espada. Vos ya nos conocéis."-

   -"Tendréis en mí la hospitalidad que os pueda brindar. Venid a mi casa."- les dije.

   Un perro ladraba cerca y disipó la nube de mis ojos. Me levanté. Ya no tenía sed y la cabeza no ardía como antes. Comencé a caminar buscando al Rey, al Obispo y al Caballero, pero no los encontré.

   Buscaré entre mi pueblo sus caras y cumpliré mi promesa de hospitalidad.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Siempre una primera vez

Me levanto con pésimas noticias cada día. La OCDE nos refriega que iremos a peor en 2012, los "Cucos" no aclaran donde está el cuerpo de Marta y la oposición se prepara para una contienda sobre los recortes, o los ajustes, según Europa, que hay que hacer, y que pretenden arreglar los desaguisados anteriores, las deudas infinitas, los derroches de cargos, la SGAE, el Sr. Yerno Real, el Pepiño, los trajes, los ERE...
No hay consumo, nos dicen, y los bares llenos. Los trabajos que se hacen no se cobran, los bancos no dan créditos... solo a los Organismo Públicos, deficits... ¿Como encarar la Navidad? Hastas los pastorcillos van sin regalos y las lavanderas no tienen para comprarse una lavadora con secadora incorporada...